Viernes 29 de Marzo de 2019

El sonido como elemento narrativo en El mar muerto

 

“Queríamos un hiperrealismo que trascendiera la realidad”: Ignacio Ortiz en Conversando con nuestros cineastas

 

Para cerrar con el ciclo de conferencias de Conversando con nuestros cineastas dedicado al director mexicano Ignacio Ortiz, la Cineteca Nacional presentó El mar muerto (2010) el pasado jueves 28 de marzo. El filme que fue estrenado en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara se aleja de los paisajes rurales que Ortiz manejó en sus filmes anteriores. “Quería asomar a lo urbano como paisaje fundamental de la vida”, declaró.

El cineasta recapituló algunos de los momentos claves para la concepción del filme, entre los que mencionó las noticias de decapitados en la Ciudad de México. Este suceso lo impactó en demasía e inspiró la película: “no quería intentar entender, sólo quería dejar un registro como el testigo emocional que fui”.

La principal propuesta del filme era poder deshacerse de la música. La película debía regirse según sus palabras bajo el sonido de la realidad que le aportaba ese misticismo característico de sus cintas. El reto para el director era cómo narrar la historia sin añadir música. El director explicó que, a partir de los sonidos, querían “un hiperrealismo que trascendiera la realidad”.

El autor de Mezcal (2006) y de Cuentos de hadas para dormir cocodrilos (2002) dijo ser un realizador consciente del valor narrativo y añadió: “para mí, el sonido es narrativamente importante, yo no puedo entender una película en donde no exista el valor del sonido. Eso es imprescindible”.

Como un testimonio emocional que mostraba la inconformidad ante la transformación del México urbano, Ignacio Ortiz dejó una cinta emocional que resuelve dramáticamente gracias a su experiencia en la radio “[…] la radio fue una parte fundamental en mi formación emocional. Ese es el origen mío del sonido en las películas” concluyó.