Miércoles 11 de Mayo de 2011

El milagro del Papa: una irónica visión sobre la fe católica en manos de P.P Valle

En un esfuerzo por difundir lo mejor del cine nacional e internacional,  Cineteca Nacional ha adquirido los derechos de exhibición de las cintas mexicanas Siete instantes (México, 2008), de Diana Cardozo; Te extraño (México-Argentina, 2010), de Fabián Hoffman, y Perpetuum Mobile (México, 2009), de Nicolás Pereda. A esta lista se suma el extraordinario documental El milagro del Papa, primer largometraje del director salvadoreño P.P Valle, ganador del Premio de la Federación de Escuelas de Imagen y Sonido de Iberoamérica (FEISAL) en el XXIV Festival Internacional de Cine de Guadalajara. En entrevista exclusiva para Cineteca, el director nos cuenta algunos detalles sobre ésta irónico y divertido largometraje, exhibido en la Semana de la Crítica del 62 Festival Internacional de Cine de Locarno, Suiza.

 

 

¿Cómo surgió la idea de realizar un documental como El milagro del Papa?

En 1990 Juan Pablo II bendijo en Zacatecas a un niño de cinco años desahuciado de leucemia y lo "sanó". O eso cuenta la leyenda. Yo  quería saber que era de este "Niño Milagro" 20 años después, y me lancé en su búsqueda. Jamás imaginé que la realidad me regalaría el crudo retrato de un joven mexicano más, víctima de la crisis y la falta de oportunidades, que tiene que recurrir a su ingenio para sobrevivir.  El contexto: un auténtico circo de tres pistas donde el fanatismo y la ignorancia se funden con el oportunismo de algunos y el surrealismo de infinidad de situaciones en el municipio de Rio Grande, municipio natal del protagonista.

 

¿Cómo definirías el documental? ¿Se trata de una crítica a nivel social y religioso, o simplemente del retrato de un personaje  y un suceso en específico?

Es ambas cosas a la vez. En primer plano tenemos la aproximación documental a la vida actual del zacatecano Herón Badillo Mireles, el "niño Milagro" o "Milagro del Papa", que resulta ser todo menos lo que hubieran querido que fuera, y como telón de fondo imposible de soslayar, el absurdo entramado político, económico y pseudo-religioso que llevó el caso lo mismo a los reality show de Miami que al Vaticano, buscando que fuera reconocido como milagro. En conjunto, estas situaciones le han arruinado la vida a este pobre hombre que tocó los hondos ojos de la muerte y vivió para contarlo.

 

¿Qué tan difícil resultó aproximarse a Norberto Rivera y al cardenal Javier Lozano, altos jerarcas de la Iglesia católica en México?

Supongo que lo normal. O sea mucho. Las solicitudes tardaron meses en ser procesadas, pero al final valió la pena. Tenemos su participación para ser contrastada con la de hematólogos, científicos e intelectuales de la talla de Carlos Monsiváis, quien generosamente participó en el rodaje del documental.

 

En el documental, el personaje principal muestra una actitud bastante abierta  ante la cámara ¿Cómo fue la relación de Herón Badillo,  el "niño milagro" con el equipo de producción de la película?

Pura cábula. De amigos. Es un tipo extraordinariamente sencillo, ávido de que le quiten el aura absurda de "Santo" y lo traten como lo que es: una persona normal con derecho a vivir la vida como cualquier otro. En el rodaje de un documental de personaje, o haces "click" con el personaje retratado o no lo haces, y creo que nuestras personalidades hicieron click de inmediato. Ambos somos poco solemnes, por decirlo elegantemente, y nos hicimos grandes amigos incluso más allá del rodaje. No paramos de reír mientras estuvimos juntos, y eso está en el documental. Nos contó chistes del Papa, se interesó vivamente por nuestro trabajo y hasta dirigió algunas tomas, que espero estén en los extras del DVD.  

 

¿Cuál ha sido la respuesta del público que ha podido ver El milagro del Papa hasta ahora?

Lo primero que te puedo decir es que se llevan una sorpresa enorme, porque por el título y el poster de la película te esperas una suerte de panfleto papista, y resulta ser una muy hilarante mirada a la vida de un personaje extraordinario como Herón Badillo, el "niño Milagro" que hoy es un hombre de 1.85 y 120 kilos de peso, que viste sombrero y botas, vende chorizo y toma cervezas como cualquiera de nosotros. En general el público sale de la película con una sonrisa y rescatando un personaje entrañable que se rebeló contra el destino. Mucha gente nos ha agradecido los momentos de diversión, pues es una comedia documental, si es que tal cosa existe.

 

¿Qué significa para ti presentar tu trabajo en Cineteca Nacional, organismo que además distribuye la película?

Es un honor y una especie de anomalía. Siempre he acudido a la cineteca a disfrutar del cine que de otro modo no resulta tan fácil de ver, y ahora mi ópera prima documental se estrena en este espacio tan querido y respetado por mí. No sé ni qué pensar. Me emociona. 

 

¿Actualmente, te encuentras trabajando en algún proyecto cinematográfico?

Estoy en posproducción de un largometraje de ficción que rodamos en enero de este año con siete personas, en diez días, con poco dinero. Se llama La Búsqueda y es una propuesta muy minimalista y experimental que escribí y dirigí teniendo como elenco a Gustavo Sánchez Parra, Arcelia Ramírez y Gabino Rodríguez. También preparo una ficción para este año y otro documental para el próximo. 

Gustavo Eduardo Ramírez

Cineteca Nacional