Viernes 08 de Febrero de 2019

La realidad sin filtros de Rafael Rangel

 

 

La realidad no siempre es bella, el escenario no es bonito todo el tiempo y la forma no tiene que apelar al buen gusto de quien la aprecie. El realizador Rafael Rangel lo demuestra en Preludios: las otras partituras de Dios (2013), documental que fue proyectado el 7 de febrero en la sala 4 de la Cineteca Nacional para que después su director, moderado por Juan Antonio de la Riva, abriera diálogo con el público en una nueva sesión de Conversando con nuestros cineastas.

En Preludios: las otras partituras de Dios, el retrato observacional de una serie de indigentes de la Ciudad de México toma lugar en terrenos baldíos, insalubres e inclementes. Desde la mirada pasiva de una cámara cuya estética es grotesca, el espectador ve la vida de personas que no distinguen entre la locura y la estabilidad.

"No hay reflectores, se vuelve una ciudad extraña, oscura, laberíntica, como una especie de inframundo", comentó de la Riva al referirse a cómo la urbe escabrosa se convierte más bien en otro de los personajes que vemos en pantalla. Personajes que son abordados de manera íntima al punto de la incomodidad.

"Siempre tuve muy claro que no quería entrevistas ilustradas -explicó el director-, en general lo que busco en mis documentales son retratos vivenciales. Es difícil este tipo de cine porque no hay una guía, me preocupo por dejar mucha libertad de interpretación y que, si el modo de hacerlo fue una experiencia, también quiero que sea una experiencia para el espectador."

Dentro de esa experiencia, en el documental destaca la estética corrugada y visualmente dolorosa de la cinta: sin buena iluminación, encuadres preciosistas o texturas suaves, sus realizadores decidieron filmar con la peor cámara posible. "En un acto de congruencia moral, no podíamos llegar con una cámara increíble que sofisticara y romantizara la imagen de la pobreza y de lo jodido. Yo no quería eso, yo quería empatar la herramienta con la que haríamos esta película con la condición de lo que íbamos a hablar."

La forma como fondo, explica Rangel, para el reforzamiento del discurso que se tiene: hablar con las personas de tú a tú y no del modo condescendiente en que la clase media usualmente se rodea o conversa con estos individuos, muchas veces evitándolos en el camino.

"Hay un personaje mexicano en la literatura popular que es Pito Pérez y hay una frase contundente donde dice que 'Locos son los que ya no ríen ni lloran ni beben porque son esclavos de inútiles prejuicios sociales'. Fue una de esas frases que se me quedó siempre de la novela y pensaba constantemente en eso: estos personajes son como émulos de Pito Pérez, pues no encajan en la sociedad", finalizó de la Riva.

Conversando con nuestros cineastas continuará el jueves 14 de febrero de 2019 a las 18:00 horas con la proyección de Un día en Ayotzinapa (Rafael Rangel, 2015), en la que contaremos con la presencia de su director. La entrada será gratuita solicitando cortesías en taquilla 5.