
Viernes 15 de Febrero de 2019
La compleja ambigüedad moral en Pacto de sangre
· En una nueva sesión de Clásicos de la Época de Oro del cine de Hollywood, David Maciel habló sobre las virtudes del cine negro en una época de censura
“El cine de Hollywood siempre ha sido de buenos y malos, donde el hombre blanco americano es el bueno y todos los enemigos eran extranjeros; Estados Unidos tenía que triunfar”, comentó el historiador David Maciel durante la más reciente sesión de Clásicos de la Época de Oro del cine de Hollywood, el miércoles 13 de febrero de 2019 en sala 4 de Cineteca Nacional.
El Hollywood dorado, con su ya robusta industria de alcances globales, tenía muy clara la ideología que permearía en sus filmes; con sus nacientes guerras mundiales y con la dura presencia de la censura, los productores eligieron los géneros que mejor se acomodaban para enaltecer los valores del buen ciudadano americano. “El cine de Hollywood es un cine de géneros, ante todo. Es una formula […], con su star system y millones de por medio, los productores controlaban incluso la publicidad de sus películas”, comentó Maciel.
Siendo el romance y el melodrama los géneros predilectos del público masivo desde los primeros años del cine sonoro en Norteamérica, naturalmente se tenía que encontrar un retrato adverso o de ambigüedad moral que cuestionara a la audiencia para finalmente dar una lección de honor. Así nace el cine negro o film noir, durante la Segunda Guerra Mundial, retomando las novelas baratas de crimen de los años treinta como escenario perfecto para contar historias del bien contra el mal. Con su fotografía en blanco y negro, personajes en penumbras y escenarios claroscuros, el noir se gestó en una época sesgada por la moral religiosa.
A pesar de la severa censura del Código Hays, que estaba en su apogeo en los años cuarenta, el cine negro lograba evitar cortes fuertes en sus metrajes con el ingenio para solamente sugerir —jamás mostrando de manera explícita— temáticas y elementos escandalosos para su tiempo, como el adulterio, la promiscuidad y el asesinato.
La película a analizar para este género, elegida por el propio David Maciel, fue Pacto de sangre (Double Indemnity, Billy Wilder, 1944), donde un vendedor de seguros se ve embaucado por una mujer fatal para asesinar al marido de ésta y cobrar una doble indemnización. Ahí se observan todos los elementos que consagrarían al noir: la femme fatale inclemente, la infatuación amorosa, el crimen vil, los escenarios escabrosos y la lección brutal para sus protagonistas al final de la película resultado de la desviación de sus ambiciones.
“Su director, Billy Wilder, con su versatilidad que lo caracterizaba, logró emplear la fórmula del género de manera magistral. Lo bien que se desarrolla en todos los aspectos, porque no sólo tiene grandes actuaciones, sino también música, ambientación, fotografía. No hay tantas películas donde todo cuaje, donde todo quede impecable”, comentó el profesor.
Pacto de sangre, al día de hoy, sigue siendo utilizado por académicos para debatir sobre los efectos del crimen en una sociedad victimizada y sobre cómo su realizador, más allá de lograr un filme didáctico y conservador, le da mayor profundidad a su texto para hablar sobre el machismo inherente en el pueblo estadounidense contrapuesto con el feminismo del personaje de Barbara Stanwyck.
Clásicos de la Época de Oro del cine de Hollywood continuará el miércoles 20 de febrero de 2019 con Shane, el desconocido (Shane, 1953), de George Stevens. La entrada a la charla será gratis solicitando cortesías en taquilla 5.