Viernes 24 de Mayo de 2019

El cambio estilístico de Fernando Sariñana en Ciudades oscuras

 

 

En el ciclo Conversando con nuestros cineastas, la Cineteca Nacional continúa la celebración de los 25 años de carrera artística de Fernando Sariñana. El jueves 23 de mayo de 2019, el director se presentó junto al también realizador Juan Antonio de la Riva para dialogar con el público después de la proyección de Ciudades oscuras (2002).

En el filme, un tejido de personajes conurbados en la violenta Ciudad de México desfila por la pantalla, cruzando las historias de unos con las de otros y creando una nueva narrativa que resulta una radiografía de México a inicios del nuevo siglo, que se anunciaba cada vez más turbulento. Con un reparto estelar que incluye a Demián Bichir, Dolores Heredia, Diego Luna, Jesús Ochoa y Roberto Sosa, Ciudades oscuras significó también un cambio de estilo para el cineasta, quien pasó de la sátira política y el romance adolescente al turbio cine social.

"La intención siempre fue hacer una película totalmente urbana, un retrato de la Ciudad de México -recordó su director-, pero en ese entonces ya estábamos viviendo una ciudad violenta y brutal, lo cual permeó en las mismas historias. Además, para nosotros fue un rodaje durísimo: filmamos casi todo de noche, en entornos peligrosos y sin presupuesto suficiente".

Juan Antonio de la Riva observó similitudes con el cine urbano que se fue fundando desde mediados del siglo XX con películas como La noche avanza (1952) y En la palma de tu mano (1951), de Roberto Gavaldón; El suavecito (1951), de Fernando Méndez, o Los caifanes (1967). "Aunque todas están en un registro diferente, podríamos hablar de un género cinematográfico, específicamente el de la Ciudad de México".

Según su realizador, quien además es coescritor y productor del proyecto, el filme está basado en el libro Crónicas del Madrid oscuro: Una mirada al subterráneo (1994), de Juan Madrid, que, a la par de su adaptación cinematográfica, guarda la estructura coral y un sinfín de personajes que se hunden en la miseria humana.

Sariñana sacó beneficio de contar con un presupuesto reducido para deslucir su imagen y quitarle todo adorno formal que pudiese romantizar la condición apabullante de sus protagonistas. "La filmamos en Súper 16 mm, lo cual no nos permitía hacer muchas tomas, pero sí fue un rodaje muy lúdico: los actores colaboraban con sus propios diálogos y nosotros nos atrevimos a hacer una cantidad de locuras con la cámara y con las luces prácticas con las que Chava Cartas [el fotógrafo] iluminaba", aseguró el cineasta.

A pesar del espíritu macabro de su narrativa, Ciudades oscuras guarda halos de esperanza. En un clima social donde las esperanzas disminuyen, es importante también mostrarse positivos, tanto en la vida como en arte. "Para mí, el corazón de la película es el mensaje de que, a pesar de un vivir en un mundo violento, también sobrevive el amor y la solidaridad", finalizó Sariñana.

Conversando con nuestros cineastas finalizará su ciclo dedicado al cine de Fernando Sariñana el próximo jueves 30 de mayo de 2019, con la proyección de Enemigos íntimos (2008). La entrada será gratuita solicitando cortesías en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.