Lunes 17 de Junio de 2019
Memoria fílmica mexicana, retomando la labor documental de García Riera
La ausencia de inversión estatal en la industria cinematográfica nacional y su financiamiento a través de la iniciativa privada produjo una de las épocas más cuestionables del cine mexicano en cuanto a contenido, la década de los ochenta y, en específico, el año entre 1983 y 1984.
Este tema es abordado en el libro Memoria fílmica mexicana 1983-1984, presentado la noche del 11 de junio en la Cineteca Nacional. En el panel estuvieron Eduardo de la Vega Alfaro y Leonardo García Tsao, coordinadores del libro; Fernanda Solórzano, crítica de cine de la revista Letras Libres; Hugo Lara, director del sitio web CorreCámara, Erick Estrada, director del portal Cinegarage; Rosario Vidal Bonifaz, investigadora y escritora sobre cine, y Alejandro Pelayo, director general de la Cineteca Nacional.
Memoria fílmica mexicana es un libro editado por la Cineteca, el cual retoma la labor de Emilio García Riera y su historia documental del cine mexicano entre 1929 y 1976. Esta tarea fue continuada por Eduardo de la Vega Alfaro con la publicación Historia de la producción cinematográfica mexicana, que cubre el periodo de 1977 a 1982.
Ernesto Velázquez, moderador del panel, mencionó que esta investigación "hizo de Emilio García Riera un gran historiador no sólo del cine mexicano, sino un gran historiador de México. Al analizar las producciones cinematográficas de ese gran tramo del siglo XX, fue capaz de descubrir y describir las circunstancias, expectativas y avatares de una nación que trató de dibujar un nuevo proyecto a través del cine".
Respecto a la calidad de los contenidos de estos filmes, Solórzano comentó: "Hay un error al pensarse que el cine es menos crítico al recibir ayuda del Estado. Al contrario, la peor época del cine mexicano fue cuando cayó en manos de la iniciativa privada". De manera subsecuente, señaló que "muchos de los problemas sociales de los que nos quejamos hoy -homofobia, misoginia- se presentan en estas historias".
Cuestionados acerca de por qué estudiar el cine de esta etapa, un cine con patrones repetitivos que evidenciaban la crisis social que se vivía, Hugo Lara declaró que les resultaba interesante asomarse a este "conjunto de películas, mayoritariamente de mala calidad, en términos cinematográficos y de contenidos". Las sexy comedias y filmes como El día de los albañiles (1984) son una muestra de ello.
Asimismo, Erick Estrada agregó que su estudio permite comprender la actualidad de la industria cinematográfica nacional. "Por mucho que se ha contado que la muerte del cine mexicano fue en 1983 -se contó en el 87, en los noventa o antes de entrar al siglo XX-, [éste] se ha levantado gracias al trabajo de mucha gente y vale la pena leer sus nombres".
Para concluir el evento, García Tsao compartió que, luego de leer cada una de las sinopsis incluidas en el libro, pudo contemplar que "muchas de las películas eran incoherentes, muchas de esas historias no tenían ni pies ni cabeza, y eso también me divertía mucho". En ese sentido, "la iniciativa privada descubrió que podía hacer filmes con un mínimo de inversión y la repetición de fórmulas gastadas".
Sin embargo, reiteró la importancia de esta década en el cine mexicano y lo imprescindible que es documentarla. Por último, el exdirector de la Cineteca añadió que ya se tienen investigados los filmes nacionales hasta 1989 y que su deseo es que pronto estén compilados en libros.