
Viernes 09 de Agosto de 2019
Recordaron la labor del cineasta chihuahuense Gonzalo Martínez en El principio
El jueves 8 de agosto, como parte del ciclo Recordando a nuestros cineastas, el director Juan Antonio de la Riva y el novelista César Gándara recordaron la labor cinematográfica de Gonzalo Martínez con una proyección comentada de El principio (1973), ópera prima del realizador oriundo de Chihuahua. El fiel retrato de la oralidad y costumbres del norte del país, el relato de la Revolución Mexicana desde una nueva perspectiva y las innovaciones narrativas dentro de la película fueron los temas principales de la conversación, en la que se destacó la influencia de la educación de Gonzalo Martínez en la Unión Soviética, su infancia en el estado de Chihuahua e incluso la posición política del autor.
"Los estudios que él hizo en Rusia son algo que lo marcó profundamente, no solamente en cuanto la técnica o el discurso audiovisual, también en los temas: él era apasionado a Dostoievski y a Chéjov, del que incluso hizo una película, El jardín de los cerezos, y en El principio ya se nota ese trabajo en la introspección de los personajes", comentó Gándara.
De esta forma, El principio retoma un hecho tan presente en el cine mexicano como la Revolución Mexicana -sin caer en una suerte de repetición de lo realizado por directores como Fernando de Fuentes- desde la subjetividad, en la que los recuerdos y los problemas familiares son de mayor importancia que lo colectivo. "La historia se va contando y se va tratando a través de las emociones y los recuerdos de los personajes, por lo que llega más al espectador", apuntó el invitado.
En ese sentido, Juan Antonio de la Riva ubicó a El principio y a Emiliano Zapata (1970), de Felipe Cazals, como las dos grandes películas épicas de la década de los setenta. Asimismo, celebró el gran logro que significó el uso del lenguaje típico de le región. "Algún crítico le dijo a Gonzalo que la película no estaba hablada en español, sino en chihuahuense, y a mí eso me parece una virtud", bromeó el moderador.
La conferencia contó con la presencia de tres invitadas sorpresa: Evangelina Martínez, hermana del director; María Luisa Alcaraz, viuda del realizador, y María Rojo, quien colaboró con Martínez en telenovelas como La antorcha encendida.
"Gonzalo regresó de Rusia en el 68 y encontró un México muy difícil. Entonces lo relacionó con el personaje de David, que regresó de estudiar de París y encontró a su pueblo revuelto", comentó Evangelina Martínez.
Recordando a nuestros cineastas continuará el jueves 15 de agosto con Retrato de una mujer casada (1982), de Juan Bojórquez, con la compañía de la guionista María Diego. Acceso gratuito directo en la sala 4 de la Cineteca Nacional.