Viernes 28 de Febrero de 2020

Conversando con nuestros cineastas presentó Sin Dios y sin Diablo. Jaime Sabines y sus lectores

 

 

La Cineteca Nacional proyectó la película Sin Dios y sin Diablo. Jaime Sabines y sus lectores, del realizador Claudio Isaac, como parte del ciclo Conversando con nuestros cineastas el pasado 27 de febrero.

El moderador, Juan Antonio de la Riva, dio la bienvenida al director y tras la exhibición del filme mantuvieron una charla en la que Claudio admitió que su carrera inició como imitación de las actividades de su padre, quien, además de cineasta, fuera periodista, caricaturista, pintor y nadador olímpico mexicano: Alberto Isaac.

Fue la necesidad de documentar el testimonio de personajes vivos de la intelectualidad mexicana lo que llevó al director a realizar cincuenta documentales, entre los que destacan:  Guadalupe Amor- un caso mitológico (1980), Octavio Paz, el lenguaje de los árboles (1983) y su más reciente obra, Sin Dios y sin Diablo. Jaime Sabines y sus lectores (2017).

Sobre la película comentó que, "hay fragmentos que aparecen aquí de un documental que yo hice en 1980 con Jaime Sabines, ese fue el inicio". Recordó lo inicios de su carrera en 1976 cuando realizó un largometraje de ficción y "después del documental con Sabines hice un segundo largometraje, pero nunca volví a tocar los terrenos de la ficción" añadió.

Cuando Juan Antonio preguntó sobre la relación del director con Jaime Sabines, recordó la ocasión en que le conoció y compartió con él una velada donde "se selló una amistad muy profunda", afirmó.

También remarcó la notable presencia de mujeres en la película, a lo que siguió: "sí asocio la sensibilidad femenina con el entendimiento más profundo de la poesía como parte de nuestra psique nacional. Darle voz mayoritariamente a las mujeres me pareció muy importante".

Al final añadió que la película "es un tributo a su generosidad, a su influencia moral sobre mí y a su amistad". Conversando con nuestros cineastas se presenta todos los jueves a las 18:00h con Juan Antonio de la Riva como anfitrión, en la sala cuatro del recinto.