Lunes 05 de Septiembre de 2022

La obra completa de Paul Thomas Anderson llega a las salas de Cineteca Nacional

 

Oriundo del estado de California y de formación autodidacta, Paul Thomas Anderson se ha convertido en uno de los cineastas estadounidenses más relevantes de la actualidad. Tal vez, incluso, sea el miembro más destacado de su generación, aquella que se formó en la escuela del videocasete y que tiene en sus filas nombres como los de Quentin Tarantino, David Fincher o Richard Linklater.

 

Como uno de esos nombres más notables de la industria hollywoodense, podemos definir su filmografía como clásicos de nuestros tiempos, por lo que a la salida de otro grande norteamericano, Martin Scorsese, el ciclo de Clásicos en Pantalla Grande de Cineteca Nacional ha puesto en marcha una retrospectiva de la obra de Paul Thomas Anderson.

 

Con nueve largometrajes que oscilan entre los más pintorescos retratos del lugar que le vio crecer, hasta los confines de historia norteamericana o las búsquedas emocionales más complejas, este director representa la continuación de la tradición cinematográfica de su país con clásicos modernos arraigados en la idiosincrasia de su región.

 

Del 3 de septiembre al 30 de octubre, las salas del recinto de Xoco recibirán en fines de semana la obra completa de este cineasta reconocido por las mejores esferas y círculos cinematográficos del mundo.

 

A lo largo de dos meses, personajes complejos, generalmente autodestructivos, como el fascinante pero temible magnate petrolero Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) en Petróleo sangriento (2007) o el enigmático y alcohólico veterano de guerra Freddie Quell (Joaquin Phoenix) en The Master: Todo hombre necesita un guía (2012), o el entrañable protagónico de Philip Baker Hall en Sidney: juego, prostitución y muerte (1996) tendrán lugar los sábados y domingos en las salas de Cineteca Nacional.

 

Así, los y las asistentes tendrán oportunidad de revisarlos múltiples temas y épocas que preocupan al cineasta, con una particular atención en sus sinfonías corales: Juegos de placer (1997), en la que el director se sumergió en el mundo del cine pornográfico de finales de los años 70 y que realizó cuando tenía sólo 27 años; y aquella primera obra maestra en la que rápidamente se convirtió Magnolia (1999), protagonizada por un gran elenco liderado por Tom Cruise como un gurú del sexo y por la que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín, además de Vicio propio (2014) basado en la obra de Thomas Pynchon.

 

Finalmente, no podía faltar la trilogía de filmes en los que el director se adentra en las distintas facetas del amor, desde su aspecto más romántico hasta el más destructivo: Embriagado de amor (2002), El hilo fantasma (2017) y su película más reciente, Licorice Pizza (2021).