Domingo 01 de Junio de 2025

MUJERES EN PANTALLA Y NARRATIVAS EN LA CIUDAD: ASÍ FUERON LAS CHARLAS DE CINE MEXICANO EN MAYO

 

 Se proyectó por primera vez en Cineteca Nacional Uno y medio contra el mundo (1973), película protagonizada por Vicente Fernández

  ¿Mujeres directoras en los setenta? Misterio de Marcela Fernandez Violante ofrece un nuevo panorama del cine de ficción en México

 

Las Charlas de Cine Mexicano, los otros directores de los años sesenta y setenta con Rafael Aviña como moderador y especialista en cine, arrancan en el mes de mayo con una fiesta de disfraces en Vagabundo bajo la lluvia (1968), una cinta de Carlos Enrique Taboada.

Carlos Enrique Taboada inició como guionista y demostró ser gran conocedor de los géneros cinematográficos, apostando por el terror psicológico. El terror psicológico del director abarca: la claustrofobia, la ansiedad y la represión sexual. Sus historias se desarrollan en lugares cerrados con personajes en el encierro y miedo de lo que pueda pasar, incluyendo situaciones sexuales sutiles en sus cintas. Aviña comparte su sorpresa y teoría de que el vagabundo no existe, sino, es la representación de la opresión que viven esas mujeres dentro de esa casa. La historia de una relación lésbica con elementos de terror simbólicos más allá del monstruo que parece ser el vagabundo.

Posteriormente se escucharon las campanadas de la torre latino en la proyección de Cayó de la gloria el diablo (1972) del director José Estrada. Se trata de su segunda película y la favorita de Rafael Aviña, pues se trata de un realizador con muchísima sensibilidad para retratar la ciudad, sus espacios comunes y los personajes que los habitan en la cotidianidad. Es una ingeniosa tragicomedia que nos invita a transitar las desesperanzas y las ilusiones de los sectores marginados. Aviña compara las emociones tan palpables de esa época y que ahora se han perdido, como los fotógrafos en San Juan de Letrán; hoy en día eso se reemplaza por una selfie con los celulares, entre otros ejemplos de la modernidad urbana.

Durante la charla los espectadores compartieron todo lo que les movió la película, sin importar si habían vivido para escuchar las campanadas de la torre latino o si habían recorrido esas calles en su juventud; todos coinciden en que el filme conmueve por su actualidad, aún después de 53 años.

Llega a la pantalla grande Misterio (1979) dirigida por Marcela Fernandez Violante, la primera mujer que forma parte de la programación de este ciclo como directora. Esto llamó la atención del público y se comentó la participación femenina en el cine de estos años. Aviña destacó que muchas mujeres tenían trabajo de guión cinematográfico como Josefina “La peque” Vicens, Elena Garro, Janet Alcoriza, Inés Arredondo y otras grandes escritoras del siglo pasado.

La historia presenta a Alex , un actor al que se le dificulta distinguir su vida real que la del personaje que interpreta en una novela. La cinta nos parece adelantada a su época con una ficción muy parecida a la de The Truman Show (1998) protagonizada por Jim Carrey, que es prácticamente la misma idea, idea que se realizó primero en México. El filme tiene herramientas narrativas interesantes en la locura de Alex, una asistente señalaba que él solo se puede ver en el espejo cuando tiene agencia sobre sí mismo. Entre la crítica a la televisión que maneja la trama se desenvuelve una gran creación de personajes, aquellos que cuestionan al escritor, sus acciones y su propio personaje ficticio.

La última del mes fue una película protagonizada por Vicente Fernandez, la cual fue recibida con muchas risas y curiosidad. Se trata de la primera proyección de Uno y medio contra el mundo (1973) en las salas de la Cineteca Nacional. En la cinta acompañamos al ladrón Lauro y al niño Chava en su viaje a la ciudad con un flete como medio de transporte. Desde el principio está la idea de la mudanza y el cambio, los personajes no van a ser los mismos cuando inicia y termina la película. Como Chava, que después de un tiempo revela ser niña, y fingía ser niño porque  dice “me di cuenta que como niña estaba amolada”. Desde ese momento es evidente la desventaja de la mujer en la sociedad mexicana.

El Perro Estrada como en la mayoría de sus trabajos, presenta tragedias de la cotidianidad mexicana de formas muy bellas y artísticas sensibles; es la historia no oficial de nuestro país, pero que todos conocemos.