Jueves 29 de Junio de 2017

Michel Franco expuso las vicisitudes de su trayectoria fílmica en una clase magistral

 

 

 

“No existe un manual ni un camino definido para triunfar en el cine; sin embrago, creo que la experiencia que te da la práctica y el error es lo más importante en el proceso”, declaró el director tres veces triunfador del Festival de Cannes, Michel Franco, frente a la fascinación del auditorio de la clase magistral que impartió este miércoles 28 de junio en la Sala 4 Arcady Boytler de la Cineteca Nacional.

A través de anécdotas y consejos, el mexicano relató cuáles fueron las complicaciones y motivos que lo llevaron al lugar en donde se encuentra ahora: “Mis padres me decían que lo del cine era algo poco realista, que tenía que dedicarme a otra cosa y la publicidad se convirtió en el plan B”. Franco detalló las circunstancias que construyeron su incursión en el séptimo arte, que inició con un curso de cine en la New York Film Academy.

Entre dos (2003) fue su primer cortometraje en participar en un festival internacional cuando aún era estudiante de Comunicación en la Universidad Iberoamericana: “Sentí que era algo real cuando me enviaron un boleto de avión para asistir al Festival de Cine de Huesca”, en donde recibió el Danzante de Oro de la sección Certamen Iberoamericano, triunfo que lo ayudó a despuntar su carrera como cineasta.

“Al comenzar mi ópera prima, Daniel & Ana (2009), dejé de pensar en el aspecto comercial de la película y decidí cuestionarme cómo lograría sobresalir en el medio”, afirmó al recordar su primera participación en Cannes con esta producción. “Sin darme cuenta, la cinta fue seleccionada para la Quincena de los Realizadores, donde fue nominada a la Cámara de Oro”. Aseguró que su pasión e inexperiencia lo llevaron a encontrar un estilo propio.

A pesar de los galardones obtenidos en Cannes con sus filmes posteriores, Después de Lucía (2012), Chronic (2015) y Las hijas de Abril (2017), el cineasta considera que la producción audiovisual sigue siendo una tarea muy difícil para él: “A lo largo de mi carrera he experimentado muchas situaciones angustiantes y tragos amargos, pero logré aprender mucho de estos fracasos, le tomas respeto al cine cuando incursionas en él”.

Con el fin de entablar una conversación con el director, los asistentes le realizaron preguntas acerca de su ejercicio cinematográfico. Franco compartió el trasfondo de algunas de sus prácticas cotidianas al momento de rodar: “Prefiero filmar de manera cronológica porque, en primer lugar, no sé cómo trabajar de otra manera y, además, es una excelente oportunidad para que el guion evolucione a la par que los personajes”.    

Asimismo, abordó la importancia que posee la recepción del público en sus proyectos: “El cine que no tiene retroalimentación está condenado a morir”. En ese sentido, señaló que resulta fundamental crear un diálogo abierto con la audiencia. “Cuando las películas tienen una conclusión determinante, el espectador se olvida de ellas; pero si el final de la obra es abierto, perdurará en su mente por siempre”.

Para finalizar su presentación, Michel Franco confesó que, para él, la verdadera Época de Oro del cine mexicano es la que se comenzó a gestar desde el lanzamiento de Sólo con tu pareja (Alfonso Cuarón, 1991). “Cada película es un milagro, muchas veces no nos damos cuenta de todo el trabajo que existe detrás de su creación, pues representa un complejo proceso personal que te obliga a enfrentarte con tu realidad”, concluyó. 

Las hijas de Abril, su más reciente producción, se exhibe actualmente en la Sala 1 Jorge Stahl de la Cineteca Nacional.

AGO

 

 

AUDIO: MICHEL FRANCO