Viernes 28 de Julio de 2017
María del Carmen de Lara asistió a la Cineteca Nacional para hablar sobre el feminismo en el medio cinematográfico
Como la decimosegunda mujer en incursionar en la dirección de cine en México, María del Carmen de Lara ha buscado construir en su filmografía personajes femeninos que reflejen fortaleza. Así lo declaró la directora del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) -institución de la cual es egresada- en una sesión de Conversando con nuestros cineastas realizada, como ya es costumbre, en la Cineteca Nacional.
"Durante mi carrera cinematográfica, siempre he procurado mostrar la visión crítica que yo poseo gracias a mi educación en Universidad Nacional Autónoma de México", compartió la cineasta este jueves 27 de julio en la Sala 4 Arcady Boytler. Con respecto al corte temático de sus producciones, señaló que su objetivo siempre ha sido manifestar en la pantalla las aristas sensibles de la sociedad mexicana, como el VIH en su documental Nosotras también (1994).
Después de la proyección de su largometraje En el país de no pasa nada (1999), la académica mencionó que la producción de esa cinta "fue un proceso tortuoso que duró más de cinco años". La complicación más considerable a la que hizo referencia fue la falta de apoyo al cine mexicano por parte de las distribuidoras que, debido al Tratado de Libre Comercio, le dan prioridad a las producciones estadounidenses en el cine, práctica que continúa hasta la fecha.
La película se concibió como un descanso del tratamiento de temas delicados en su obra hasta ese entonces. "Tenía ganas de darme un respiro de este compromiso social. Me interesaba experimentar con el cine de corte industrial, por eso decidí realizar una comedia", comentó. A pesar de ello, En el país de no pasa nada es una película que aborda la situación política y económica de México al inicio del milenio. "En este proyecto me interesaba proyectar el México de contrastes, por eso filmé en más de 85 locaciones", compartió.
"En ese largometraje quise reivindicar a muchos personajes arquetípicos femeninos, no quería fomentar los preceptos erróneos de que las mujeres son menos inteligentes o fuertes", declaró. Asimismo, dijo que en esta producción tenía como objetivo romper ciertos estereotipos y decidió concebir la obra como ficción, pues, a pesar de que la mayoría de las situaciones son verídicas, buscaba darle el tratamiento premeditado de comedia.
La cineasta también afirmó que ese compromiso temático estuvo presente en No les pedimos un viaje a la luna (1985), su cuarta producción documental, la cual aborda la tragedia que vivieron algunas costureras cuyos centros laborales fueron afectados por el sismo de 1985 y en donde muchas de ellas perdieron la vida. "Con esta cinta sufrí de censura en el país, pues cuestionaba la figura presidencial del momento. En otros países fue bien recibida, pero aquí no la pude distribuir", aseguró.
Con respecto a su postura como directora de la escuela de cine de la UNAM, De Lara confesó: "Es nuestra labor como universidad introyectar una visión distinta en los alumnos del CUEC, para así poder abordar temas sociales que nos preocupan como comunidad". Señaló que, como académica, busca inspirar a sus alumnos para que experimenten y se alejen del egocentrismo: "Como feminista, me interesa que se haga un cine diferente en donde la presencia de la mujer demuestre que se pueden cambiar muchas cosas".
AGO