Miércoles 30 de Mayo de 2018
El mundo del cabaret en Víctimas del pecado concluyó el ciclo de Mauricio Magdaleno
Convaleciente por la intensa carga de trabajo de ejercer simultáneamente el periodismo, la dramaturgia y la novela, Mauricio Magdaleno concluyó el guion de la película Víctimas del pecado (Emilio Fernández, 1950) desde un hospital. En julio de 1994, la revista Somos colocó a esta cinta en el número 20 de su lista de las 100 mejores películas mexicanas.
Para discutir sobre esta destacada obra y concluir el ciclo dedicado a Magdaleno, Charlas sobre cine y literatura tuvo como invitada a la doctora en Letras por la Universidad Autónoma de México Virginia Medina, quien compartió su análisis con el público de la Cineteca Nacional el pasado lunes 28 de mayo.
El filme de "El Indio" Fernández incursiona en el íntimo mundo del cabaret mexicano, que tuvo su auge durante el gobierno de Miguel Alemán Valdés. "El director retrató la rica vida nocturna de la Ciudad de México en las colonias San Juan de Letrán, Izazaga, Bolívar, Regina y la proliferación de salones de baile como el Esmirna, donde debutó Resortes", explicó Medina.
Ninón Sevilla es la protagonista de este drama, una cabaretera que decide salvar a un recién nacido que fue abandonado en un cesto de basura. La bailarina cría al niño como su propio hijo hasta que un estafador, interpretado por Rodolfo Acosta, comienza a perseguirla para arrebatarle al infante.
"Emilio Fernández vigoriza el baile, le brinda un realce artístico. La prostituta como tema respondió con creces en la industria fílmica mexicana. En 1947 se realizaron diez películas de este género y de ahí se siguieron", afirmó. "Canonicemos a las putas, diría Jaime Sabines".
La catedrática también hizo hincapié en la abundante aportación de Magdaleno al cine, consistente en 22 argumentos, 51 adaptaciones y 53 guiones. "Mauricio Magdaleno, como dijo su hermano Vicente, nació para ser escritor y así fue. Unas veces periodista, otras como dramaturgo, novelista, guionista; pero siempre escritor", comentó.
Virginia Medina recalcó que, en su tesis de maestría Mauricio Magdaleno: el crédito que nadie lee (1998), su objetivo fue demostrar cómo, con un buen guion, hasta un director regular logra un gran filme. "De ahí la importancia de escritores como Magdaleno que creó historias maravillosas", concluyó.
El próximo mes, Charlas sobre cine y literatura presentará "Los chicanos, de la letra a la imagen". El lunes 4 de junio, el ciclo dará inicio con la proyección de Bendíceme, Última (Bless Me, Ultima, Carl Franklin, 2013) comentada por el Dr. David Maciel. El acceso es gratuito y las cortesías se deben solicitar en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.