Jueves 02 de Agosto de 2018

Presentaron testimonios sobre el exilio español en la Cineteca Nacional

 

 

 

La Guerra Civil Española quedó en el imaginario colectivo como un lapso oscuro donde reinó la desesperanza en miles de ibéricos que tuvieron que dejarlo todo para sobrevivir. Tal es el caso de Peque Muñohierro y Pepe Pareja, dos exiliados que hacen un ejercicio de memoria para contar su historia en La vida y no sus lamentos: El exilio a dos voces (2016).

La más reciente obra del periodista veracruzano Alain Derbez fue presentada el 31 de julio en la Sala 4 Arcady Boytler de la Cineteca Nacional y representa un esfuerzo por combatir el olvido a través de esos dos testimonios, e involucra al lector en los detalles de un suceso que, históricamente, tiene una magnitud gigantesca.

"El libro es un recuento de dos vidas. Dos vidas de un tono entusiasta por siempre rabiosamente ser feliz, por mover y sacar la punta de todos los días, cada uno de ellos, a pesar de todos los sinsabores", afirmó el autor.

La presentación editorial incluyó la proyección del documental homónimo dirigido por la mexicana Abril Schmucler, también participante del panel. "Caminar no es sólo caminar", según la cineasta, es el mensaje que busca impregnar el libro en sus lectores, pues no retrata únicamente el traslado que realizaron Peque y Pepe, sino el significado de un cúmulo de vivencias en su exilio a Francia, así como su paso por África, República Dominicana y el centro de la Ciudad de México.

Para su quinta obra como directora de cine, Schmucler dirigió la historia buscando "atravesar las capas de la narración", pues "la pantalla nos muestra al compilador de estas vidas; es decir, el que documenta la vida de Pepe y de Peque: la vida del exilio", expresó la cineasta.

El documental es quizás un experimento dado que "se brinca una pared más para relacionarnos directamente con los mismos personajes que ante la cámara cuentan su propia historia con pasión, con melancolía, con cariño y con alegría", detalló.

 

Schmucler concluyó afirmando que dicha producción, como el libro de Derbez, son prueba de que "el arte debe siempre romper con las formalidades y buscar todas las maneras posibles que encuentre para construir el puente entre ese mundo que imaginamos lejano. Romper las distancias, las fronteras".