
Viernes 21 de Septiembre de 2018
Un homenaje a Katy Jurado en Conversando con nuestros cineastas
"Fue mi carta de amor a Katy Jurado", compartió Leopoldo Laborde al público de la Sala 4 de la Cineteca Nacional al respecto de Un secreto de Esperanza (2002). El jueves 20 de septiembre en Conversando con nuestros cineastas, después de la proyección de la película, el director platicó con Juan Antonio de la Riva sobre su experiencia de dirigir a la primera actriz latinoamericana en ser nominada al Oscar.
Según Laborde, después de haber leído el guion, la actriz le preguntó: "¿Cómo fue que le atinaste a quien soy?". "Al momento de escribir la película, yo pensaba en sus ojos", mencionó el realizador, quien afirmó que uno de los retos más grandes de esa producción fue haberle sacado las emociones a Jurado "cuando ella misma durante muchos años no las había sacado".
Para trabajar el personaje de Esperanza, tuvieron que apegarse al guion porque a ella no le gustaba improvisar. "Nosotros no improvisamos, ésas son porquerías de Jodorowsky", expresaba.
También compartió que ella se caracterizaba por ser muy consciente del aspecto técnico a la hora de trabajar, cuestionando por los lentes o los ángulos que iba a utilizar el fotógrafo. Irónicamente, le decía al cineasta: "No crea que yo soy como María Félix, yo no le voy a decir cómo me ilumine a mí".
A pesar de contar con una larga trayectoria, Jurado no podía evitar ponerse nerviosa cuando entraba al set. En ocasiones se apenaba porque, cuando veía la cámara, se desconcentraba y se le olvidaban los diálogos. "Descubres que era una persona bastante frágil, sensible y que era un ser humano como cualquier otro que sentía algo a la hora de entrar a escena", platicó el ponente.
Katy Jurado murió antes del estreno de la película. Para Laborde fue un honor "haber sido el ducto" que cerrara el círculo de su carrera, porque ella había nacido en el cine mexicano y, con Un secreto de Esperanza, terminó de nuevo en el ámbito nacional.
Por otro lado, confesó que la mala experiencia que tuvo en el Festival de Guadalajara, cuando presentó Angeluz (1998) y la crítica lo destrozó calificándolo como el heredero de Ed Wood o de Chano Urueta, lo motivó a incluir reflexiones sobre los premios y el reconocimiento en el guion de Un secreto de Esperanza.
La próxima sesión de Conversando con nuestros cineastas se llevará a cabo el jueves 28 de septiembre a las 18:00 horas y se proyectará Lucrecia, crónica de un secuestro (1990) con comentarios de su autor Bosco Arochi. La entrada será gratuita y las cortesías se podrán recoger únicamente en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.