Jueves 25 de Marzo de 2010
La felicidad es como un pez, lo atrapamos y de repente se va: Agnès Varda
Tras recibir un homenaje en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara por su trayectoria, Agnès Varda -la figura femenina más importante de la Nouvelle Vague francesa-, visitó las instalaciones de la Cineteca Nacional para presentar su más reciente película, Las playas de Agnès (2008), documental de corte autobiográfico que inauguró un ciclo retrospectivo con lo más selecto de su obra.
Varda, cineasta que aun en sus trabajos de ficción aborda temas de la realidad desde una perspectiva muy personal, se ha convertido con el paso de los años en una directora influyente en las nuevas generaciones de realizadores. Ello se hizo palpable la noche del 23 de marzo, cuando un nutrido grupo de cinéfilos y estudiantes de cine la rodeó antes de comenzar la función, deseando conocerla.
Decidida a hablar en español -como una forma de agradecimiento al público que abarrotó por completo la sala 4 de la Cineteca-, Varda charló sobre la participación de Las playas de Agnès en algunos festivales, para después dar paso a la exhibición de la película por medio de la cual el público asistente pudo conocer las distintas facetas profesionales y personales de la realizadora: Desde la niña enfrentada al éxodo por culpa de la guerra, la mujer emprendedora que descubrió casi de manera innata su gusto por la fotografía, hasta su rol de madre y esposa del también director, Jacques Demy.
Esto motivó que al término de la proyección la sala completa le rindiera una ovación, de pie, a una conmovida Agnès Varda, quien respondió a las inquietudes de algunas personas. Desde aspectos meramente narrativos de la película, la situación de ser mujer cineasta en medio de un movimiento casi exclusivo de los varones y curiosidades más personales acerca de gente como el cineasta Chris Marker o el fundador de la Cinemateca Francesa, Henri Langlois.
Ante la interrogante de qué significado tiene para ella "la felicidad"; haciendo énfasis en su filme que lleva el mismo nombre, Varda expresó: "La felicidad es una cosa viva, una mariposa; es como un pez, lo atrapamos y de repente se va. Es una utopía basada en una realidad muy sencilla. La felicidad, tal y como se presenta de manera clásica, desde el punto de vista de la sociedad, oculta el presente y el deseo de cambio, que también son parte de la vida".
También dijo que su lucha más importante en la vida fue encontrar formas, estilos y estructuras para filmar, de ahí que sus películas sean muy diferentes unas de otras. "Me gusta hacer documentales porque hay personas filmadas que son tan extraordinarias que parecen personajes de película... Siempre me alimento de la realidad para reinventarla en ficción", agregó.
Además de Las playas de Agnès -ganador en el 2009 del Premio César como mejor largometraje documental-, el ciclo contempla los filmes: La felicidad (1965), Sin techo ni ley (1985), Una canta, la otra no (1977), Los cosechadores y yo (2000) y Jacquot de Nantes (1991). Esta última dedicada a la memoria de Demy.