Miércoles 03 de Julio de 2013
Cine expandido se instala en México
» La Cineteca Nacional se suma a proyectos como el open air cinema y el outdoor cinema que existen alrededor del mundo
Por Alan Rodríguez / @kromafilm
Un sitio de comunión, interacción, apreciación. Un lugar para la narrativa, para el despliegue de historias. Todas las miradas hacia donde desfilan múltiples realidades. Luce como una heterotopía (un otro lugar) para el goce del fenómeno fílmico. Se ubica junto a salas convencionales. Un para-espacio... para el cine, para la convivencia, para sembrar nuevos públicos, para apartarse del bullicio, para pasarla a gusto, eso es el Foro al Aire Libre Gabriel Figueroa, en la Cineteca Nacional.
El lugar abarca una superficie total de 1,974 metros cuadrados, incluyendo el parque lateral y la cabina. Cuenta con un proyector Panasonic de 35mm Full HD de 10,200 lumens y proyector digital con conexión a reproductor blu ray. Su sonido envolvente permite apreciar bien las películas. Su suelo inclinado tiene una recepción pluvial a base de cuatro drenes multiperforados, que deberá soportar los aguaceros. Fue diseñado para albergar a 600 personas, aunque durante su apertura el 8 de noviembre de 2012 recibió a cerca de tres mil. Se ocuparon los espacios adyacentes y todos se deleitaron con el suspenso que se desborda en el clásico de Steven Spielberg, Tiburón (1975).
El Foro supone el área sui generis de la Cineteca. Nos convoca a una experiencia distinta en tanto que le da un giro al hecho de contemplar una película, ya no en una sala oscura, entre paredes. A las funciones acuden parejas grupos de amigos y familias quienes sin costo alguno, sobre petates y a la intemperie, disfrutan del cine en un íntimo anfiteatro.
Cine expandido
No son muchas ciudades en los que se puede encontrar una alternativa como la del Foro al Aire Libre Gabriel Figueroa. Constituye un modelo único en México. Generalmente los llamados open-air cinemas u outdoor cinemas operan sólo en fechas especiales o en verano, pero no de forma permanente. Un ejemplo son los llamados precisamente cines de verano, muy populares en España. Como ejemplos en otras latitudes tenemos a los Opel Moonlight Cinemas, donde los australianos de seis ciudades se deleitan con proyecciones de filmes contemporáneos, de culto y clásicos. Y el Zefyros Outdoor Cinema, ubicado entre tabernas del barrio de Petralona, Grecia, que tiene fama de programar muy buenas películas.
Este espacio tiene directas asociaciones con el llamado 'cine expandido', término acuñado por Stan Vanderbeek a mediados de los 60. El término es amplio e inestable. Entre otras cosas se trata de una práctica relacionada con contextos determinados de proyección y observación de un filme o un video. Se aleja de la noción tradicional de considerar al cine como sinónimo de experiencia individual/aislada al interior de una sala oscura en la que uno permanece inmóvil y en silencio. Hace décadas la obra del influyente artista Lázar Lisitski cuestionaba el rol pasivo del espectador e invitó a crear una forma participativa del espacio de exhibición en la cual la interactividad comienza con el interactuar con la imagen. En el cine expandido las llamadas "arquitecturas de recepción" se transforman pues la experiencia de mirar una película es vivida en espacios heterogéneos, performativos y donde se genera interactividad.
David Gryn es el director de Artprojex, una agencia internacional de mercadeo, producción y difusión de piezas audiovisuales artísticas que se exhiben en el contexto del cine. Es también el curador de Art Video Nights, la programación anual de videoarte y películas al aire libre que da color a la feria de arte más importante del mundo: Artbasel, en su sede de Miami. En entrevista, Gryn afirma que lo que se ofrece en este tipo de foros es algo a la vez social y de fomento en cuanto a generación de público, "con la gente siendo capaz de hablar en voz baja y moverse... Es más social que el cine entre muros. Dentro de un cine, hay un entendimiento generalizado de que debe haber siempre un profundo y venerado silencio", algo que no pasa en un cine al aire libre.
Gryn resalta las ventajas acerca de esta experiencia participativa de la audiencia: "Cuanto mayor sea el público también hace a una obra de arte más perceptible y hay una gran camaradería dentro de una experiencia compartida cuando grupos de gente aprecian juntos una obra de arte". Pero las proyecciones al aire libre no son algo fácil de llevar a cabo. Como Gryn comenta, las condiciones meteorológicas y las circunstancias son difíciles de enfrentar en muchas partes del mundo. En la ciudad de México es posible debido a su favorable clima, aunque realmente se trata de algo "muy inusual y muy difícil de replicar en cualquier parte".
Arquitectura para la ilusión
En territorio árabe, en el Emirato de Sharjah y en el marco de la bienal de arte de la ciudad, el Mirage City Cinema se impone como sorprendente síntesis de las esencias de la arquitectura y del cine. Intercala elementos de una vieja fábrica de Sharjah con escenarios diseñados para crear un espacio etéreo. Edificado con materiales reciclados, sobre su piso se esparcen tapetes para el disfrute de películas y videos. La forma fragmentada del lugar y la coreografía de proyecciones y sonido desde distintas direcciones invitan a una experiencia inusual.
Este cine sin muros fue ideado por el cineasta y arquitecto tailandés Apichatpong Weerasethakul (cuya película El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas se quedó con la Palma de Oro en Cannes) y por Ole Schereen, arquitecto alemán quien ha desarrollado algunos de los proyectos más ambiciosos a nivel mundial en los que cine y arquitectura se acoplan. Con experiencia en la industria de las películas, Schereen diseñó también el Archipiélago Cinema, un cine sobre el mar que en marzo de 2012 flotó entre las rocas de la isla de Yao Noi, al sur de Tailandia, como sede del festival de cine de la región.
Schereen ha meditado sobre la arquitectura como herramienta para crear escenas, escenarios, contextos, "espacios que van a contener narraciones y quizás inspirar y provocar algunas de ellas", dice. El autor está convencido de que la arquitectura tiene que moverse más allá de sus aspectos técnicos, y participar en un amplio campo de resonancia cultural, emocional y psicológica. Ve muy importante la diversificación más allá de las definiciones habituales de la profesión, para trabajar en un amplio espectro de técnicas y metodologías. "En nuestro trabajo, hay una participación activa no solo con el cine y la creación artística en general, sino con otros dominios tales como la marca, la planificación, las estructuras organizativas, los medios de comunicación y la tecnología".
Espíritu de comunidad
El Foro fue diseñado por el despacho del arquitecto mexicano Michel Rojkind. Su concepción tuvo en cuenta otros proyectos semejantes: "Conocíamos la experiencia de Chicago, del Bryan Park en Nueva York cuando se convierte en cine", comenta Rojkind. El arquitecto es también el responsable de la obra de ampliación de la Cineteca, y dice que para este lugar se habían contemplado unas gradas de concreto. Cuando se empezó a trabajar notaron que era un error porque así habría estado limitado únicamente a proyecciones de cine. "Nos dimos cuenta que lo mejor era tener una pendiente en jardín, como un lugar para que la gente se sentará con sus petates. En caso de no haber proyección la gente lo puede seguir ocupando como un área verde".
Ningún otro espacio ha impactado tan favorablemente dentro de la renovada Cineteca Nacional. Por su aire de campus universitario los chavos llegan ahí para hacer del rato algo grato, para despejarse y desparramarse, para leer o comer, para convivir o dormir, para conversar o romancear. Durante las proyecciones todo se da como entre amigos: "A mí me encanta porque tiene esta sensación como de libertad, como de comunidad, de convivencia, de intimidad. Ver cine sentado adentro de una sala es muy diferente. Acá es vamos todos a un espacio a compartir una película donde ya no es si alguien habló o no habló. Es más como una experiencia comunitaria", dice Rojkind.
El Foro al Aire Libre Gabriel Figueroa surgió de una idea por aprovechar un espacio que no estaba contemplado en el inicio. Hoy es un lugar sede de narraciones y situaciones, como lo plantea Ole Schereen, y que estimula el trato entre las personas. Es un oasis dentro del tejido urbano donde acontecen cosas, donde se pueden trabar amistades, donde se invoca a un espíritu de comunidad. De alguna manera ofrece una alternativa y un desafío a la tradicional idea sobre el consumo de películas, pues lo sitúa de forma distinta dentro de la esfera pública y dentro del acontecer de la cultura popular.
Dice Rojkind que cuando se aproveche más con las presentaciones de películas mudas musicalizadas va a ser una locura. Casi lo es cuando se presentan filmes clásicos que han sido un hit entre la audiencia. Los que han tenido mucha suerte son los chicos que viven por la zona, porque sus sábados y domingos siempre se pueden impregnar de un aire de fantasía si vienen al Foro. Regresarán como adultos con sus hijos y entonces se habrá cultivado una costumbre, el hábito de disfrutar de buen cine en medio de lo que por momentos parece una fiesta.