Viernes 28 de Abril de 2017
Se presentó una compilación de ensayos que aborda cinco décadas de la filmografía del país
El cine se compone de instantes que atesoran no sólo la belleza de sus imágenes, sino también el tiempo y espacio que lo envuelven. En este sentido, el análisis de la filmografía mexicana es un ejercicio que requiere una lectura crítica y especializada para esclarecer el trasfondo de su realización. Un ejemplo de esta labor es el libro Un cine revolucionado. Atisbos de modernidad en la cinematografía nacional (1910-1950), presentado este jueves 27 de abril en la la Sala 4 Arcady Boytler de la Cineteca Nacional.
El evento fue llevado a cabo en el marco de la exposición Pinta la Revolución. Arte Moderno Mexicano (1910-1950) -organizada por el Philadelphia Museum of Art y el Museo del Palacio de Bellas Artes- y contó con la presencia de Raúl Miranda, subdirector de Documentación y Catalogación de la Cineteca; Hugo Lara, director del sitio Corre-Cámara; y Juan Solís, compilador de la publicación, quienes establecieron un diálogo en torno a esta obra coeditada por la Secretaría de Cultura y la Cineteca Nacional.
Hugo Lara manifestó que "siempre es motivo de celebración que haya un nuevo libro sobre cine en México". También señaló la trascendencia de esta obra que aborda la tradición documental originada en la Revolución Mexicana por Salvador Toscano, hasta el estreno de la polémica cinta Los Olvidados (1950) de Luis Buñuel. La obra está conformada por diversos ensayos elaborados por especialistas en el tema, como Carlos Bonfil, Julia Turrón y Nelson Carro.
Al hacer una lectura panorámica de la publicación, Raúl Miranda expresó que a través de estos textos se puede apreciar cómo "el cine mexicano del siglo pasado fue inquieto, moderno y cuestionador; fue de luces y sombras, de historia; fue sobre el sentido de la existencia, del amor, de la cultura. En él aparecen detalles de humor y, sobre todo, atisbos de modernidad".
Por su parte, Juan Solís declaró que "la presencia de Gabriel Figueroa fue solar en la construcción del libro", pues los textos estudian ocho de sus películas. Asimismo, Miranda expresó que "Figueroa es el traductor intrasemiótico de Diego Rivera, Dr. Atl, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco; cada vez que hacía una composición estaba reapropiándose de la fotografía de la revolución".
Dentro de los filmes analizados se encuentran El automóvil gris (Rosas, 1919), Santa (Moreno, 1932), El compadre Mendoza (De Fuentes, 1933), La mujer del puerto (Boytler, 1933), Redes (Gómez Muriel, Zinnemann, 1934), Salón México (Fernández, 1948), entre otras. Estas obras fueron estudiadas a partir de conceptos propios de las artes plásticas, la narratología, la teoría del montaje, las vanguardias cinematográficas y el surgimiento de tendencias propiamente mexicanas como la añoranza porfiriana y la comedia ranchera.
Para concluir, se anunció que próximamente el Canal 22 transmitirá el ciclo completo - compuesto por 20 películas- que complementa la publicación. El ciclo retrata la "mexicanidad exaltada de la cinematografía del siglo pasado", comentó Juan Solís. "Ésta es una excelente oportunidad para que los jóvenes mexicanos aprecien una selección mínima de cine mexicano y la complementen con lo que está plasmado en el libro", agregó.
AGO