Lunes 18 de Junio de 2018
Carlos Carrera inició su ciclo de charlas semanales en la Cineteca Nacional
Antes de formarse en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), Carlos Carrera tenía otras ambiciones en mente. "Entré a la escuela queriendo hacer animación, pero ya estando ahí empecé a entrarle a la ficción y luego entré a teatro", confesó el director mexicano durante su charla con Juan Antonio de la Riva en la Sala 4 Arcady Boytler de la Cineteca Nacional.
El encuentro, que se llevó a cabo el pasado 14 de junio, inauguró el ciclo de Conversando con nuestros cineastas dedicado a repasar los trabajos más representativos de Carlos Carrera en el cine. Los dos realizadores platicaron con el público acerca de La mujer de Benjamín (1991), obra ganadora del Ariel a Mejor Ópera Prima y del Unicornio Dorado en el Festival Internacional de Cine de Amiens.
Después de la proyección de la película, el autor abordó el humor negro y como éste era un pequeño catalizador para exponer una realidad que vive México. Además de hablar sobre el tema y su vigencia en la actualidad, afirmó que su mayor inspiración provino de algunos familiares cercanos quienes actuaban de manera similar a los protagonistas de la película.
"Está basada en dos personajes: mi tío Daniel y mi tía Micaela, quienes se llevaban muy parecido a estos hermanos", señaló Carrera. La mujer de Benjamín trata sobre un boxeador retirado que vive con su hermana y que se enamora de una muchacha del pueblo. Al no encontrar una forma para atraer su atención, acude a sus amigos para secuestrarla y obligarla a que lo ame.
Asimismo, agregó que el guion que utilizó era su proyecto de tesis. Aunque su idea estaba desglosada y desarrollada, no cumplía inicialmente con los requisitos para ser producida como un largometraje. "Era muy largo para corto y muy corto para largo", comentó el cineasta.
Durante la charla, Carlos Carrera ahondó en la influencia positiva que ha tenido el cine en su desarrollo como persona y en el tratamiento de su timidez. "Yo soy autista y no me gusta mucho el trato con la gente. Me ha ayudado mucho el cine, me salvó la vida; si no, estaría ahí recluido haciendo muñequitos", bromeó.
"Es fácil ser director", añadió respecto al trabajo con los actores y las actrices, a quienes permite contribuir con varias ideas en el proceso de ensayos. "La paciencia es un atributo que debe regir a los cineastas".
Conversando con nuestros cineastas continuará el jueves 21 de junio con la proyección de El crimen del padre Amaro (2002) y el 28 de junio con De la infancia (2009). La entrada es gratuita y las cortesías de acceso se pueden obtener en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.