Viernes 22 de Junio de 2018

David Maciel discutió sobre el contexto político y la identidad chicana en Fiebre latina

 

 

 

 

"En Estados Unidos a los pachucos les decían zoot suiters; zoot suit es el vestido de los pachucos y de ahí viene el título de la película", comentó David Maciel, doctor en Historia y profesor emérito de la Universidad de California en Los Ángeles, al respecto de Fiebre latina (Zoot Suit, 1981). Esta adaptación de la obra teatral homónima del dramaturgo chicano Luis Valdez fue analizada con el público de la Cineteca Nacional el lunes 18 de junio como parte del ciclo Charlas sobre cine y literatura.

 

La película se remite a la década de los cuarenta para recrear el ambiente sociopolítico de los chicanos, con la historia verídica de un grupo de jóvenes pachucos encarcelados por un homicidio. David Maciel argumentó que conociendo el contexto se puede llegar a comprender de una manera más certera la película por sus mensajes políticos y sociales.

 

"El fenómeno es muy complejo, pues tiene que ver con identidad, con resistencia, con un sentido generacional de la juventud tratando de expresarse. Va mucho más allá del spanglish y la vestimenta. Tiene que ver más con una visión de la vida y sobre todo una rebelión de la juventud que es un poco captada en la película", explicó el profesor.

 

Asimismo, resumió a Fiebre latina como "la culminación de muchísimos géneros, pues junta muchas cosas de cine, así como de teatro, historia, coreografía, música, de racismo, identidades [de movimientos colectivos]; que también reúne varias facetas de la cultura contemporánea chicana."

 

De acuerdo con él, Fiebre latina tiene "una calidad altísima". No obstante, fue un fracaso en la taquilla, "porque la mayoría del público, a excepción de chicanos, no le entendió ni papa. Los críticos profesionales hicieron trizas a la película porque no entendían sus mensajes. La encontraban muy confusa, por estar tocando varios temas a la vez."

 

"Cuando le volvieron a ofrecer una película a Luis Valdez, que fue La Bamba (1987), tuvo que hacer muchas concesiones. Una de ellas era hacer una película que pegara en la taquilla o ya no le darían otra", platicó Maciel. Por ello, Valdez tuvo que adaptarse a los términos de los productores.

 

"Incluso tomó mucha libertad con el personaje de Ritchie Valens, pues no era originalmente como se representa", afirmó. La Bamba terminó siendo una película exitosa en la taquilla, a diferencia de Fiebre latina, aunque su mensaje político no fuera tan importante y fuerte como el de esta última.

 

Por otra parte, recalcó que los gremios chicanos de la academia y el arte tienen una labor complicada. "Siempre tenemos un doble propósito en nuestra producción: tratar de hacer lo mejor posible como arte, como creación, pero a la vez también dirigir la obra con un mensaje político de nuestra comunidad. No nada más mi generación, sino las posteriores siguen con ese propósito".

 

Pese a que Fiebre latina tiene más de 35 años de haberse estrenado, David Maciel considera que el racismo es una fuerza innegable en contra de estos sectores todavía. "Se ve en muchas prácticas y políticas públicas. Aunque se haya avanzado en el tema y se haya legislado y sigan las manifestaciones, ahí sigue. Es parte de la historia norteamericana", concluyó.

 

El próximo lunes 25 de junio terminará el ciclo de Charlas sobre cine y literatura dedicado al cine chicano con la proyección de La balada de Gregorio Cortez (The Ballad of Gregorio Cortez, Robert M. Young, 1982). La entrada es gratuita y las cortesías de acceso pueden recogerse en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.