
Miércoles 25 de Julio de 2018
Fernando Solanas reveló al cine como un trabajo multidisciplinario en su clase magistral
· El cineasta argentino visitó el país para recibir la Medalla Cineteca Nacional el pasado 19 de julio
· “El cine es de prueba y errar”: Solanas a estudiantes de cine
A lo largo de una década, el director argentino Fernando “Pino” Solanas recorrió un camino de aprendizaje en donde el teatro, la música y diversos talleres de pintura y literatura dieron como resultado la realización de tres películas, que juntas llevan el título La hora de los hornos (1966 – 1968). Para conversar sobre los retos que tuvo al dirigirlas, el cineasta ofreció una clase magistral el 21 de julio en la Sala 10 Luis Buñuel de la Cineteca Nacional.
“Una de las dificultades a las que me enfrenté con La hora de los hornos es que Argentina se encontraba en una dictadura donde se llevaban presos a los opositores o los golpeaban. A inicios de los años sesenta, empecé a buscar material, pero no sabía lo que tenía que hacer para denunciar la injusticia social”, declaró el argentino.
El más reciente ganador de la Medalla Cineteca Nacional le sugirió al público que, cuando se encuentren en una crisis sobre cómo realizar sus obras, recurran a otros directores y profundicen en cómo ellos trataron sus temas. En su caso, para La hora de los hornos recurrió a los maestros del cine mudo, porque ellos no necesitaban de la palabra.
Al respecto, también resaltó la ayuda que obtuvo de los directores de cine Valentino Orsini, Paolo y Vittorio Taviani, quienes le ofrecieron su productora para que realizara el montaje de La hora de los hornos. “No podía comentarles de qué se trataba la cinta, tenía que decir que trabajaba en una serie sobre clases turísticas en Argentina para las productoras de televisión europeas”, relató.
El financiamiento de su magnum opus se logró con la ayuda de su productora publicitaria, de donde también tomó elementos creativos. “Fue una cinta en el que se hizo a partir de un ejercicio de observación muy grande, en donde buscaba imágenes claras y expresivas. Esta habilidad la desarrollé gracias a la publicidad”, explicó. El cine de Solanas es un ejemplo de integración formal multidisciplinaria.
“Una obra es como un rompecabezas en el que uno va juntado cosas distintas”, afirmó Solanas al referirse a los modelos referenciales de sus películas. Por ejemplo, en Tangos, el exilio de Gardel (1985), el realizador logró que, dentro de una comedia musical, se abarcaran los cuentos sobre el exilio que él escribió, el tango y el teatro de revista de Río de la Plata.
Gracias a esa diversidad en sus referencias, la filmografía de Solanas busca reflejar la identidad cultural de Argentina. Su trabajo, explicó, gira alrededor de dos grandes temas: la independencia nacional y el paradigma utópico de una democracia social avanzada.
“Pino” Solanas les recordó a los estudiantes de cine que siempre deben planear tres o cuatro alternativas de lo que van a realizar. “Recuerden: el cine es de prueba y error”, enfatizó. “Lo más importante que las escuelas se olvidan decirles —concluyó— es que va a ser un proceso largo, donde no todo les saldrá a la primera”.