
Viernes 09 de Noviembre de 2018
Presentaron programa de cortos de Julián Hernández en Cineteca Nacional
"El cine mexicano y el cine alemán de los setenta fueron lo que me llevó a hacer cine", compartió Julián Hernández el jueves 8 de noviembre durante la segunda sesión de Conversando con nuestros cineastas, luego de la proyección de sus cortometrajes Por encima del abismo de la desesperación (1996), Vivir (2003), Bramadero (2007), Atmósfera (2009) y Nubes flotantes (2013).
"Soy de la idea de que después de hacer algún largometraje, siempre hay que regresar al corto: este formato es mucho más flexible, además de que te permite tener más control sobre el mismo", reflexionó Hernández, quien también puntualizó que su formato preferido es más experimental, permite mayor creación y debe menos explicaciones a la audiencia.
El alto contenido sexual de su trabajo, presente desde sus proyectos estudiantiles en el CUEC, está inspirado en la ruptura de tabúes del cine mexicano de finales de los años setenta y la década de los ochenta. El ponente citó ejemplos como Círculo 41 (Fernando Montaño, 1986) y La gran carpa bajo la cual todos vivimos (Carlos Romero Pacheco, 1988).
"Desde el primer cortometraje hasta el último, sentí que los hubiera filmado uno tras otro con el talento de un cineasta que tiene control de su trabajo y de sus temas. También existe una evolución y un crecimiento, pero sobre todo hay una gran unidad estilística en todo proyecto", reconoció el moderador Juan Antonio de la Riva sobre la obra del invitado.
Para Julián Hernández, la música juega un papel importante, pues es "un lenguaje que complementa lo visual, pero no es para suplir lo que no se logra con la cámara, sino para crear otro discurso que sea paralelo a lo que el director muestra en escena", puntualizó.
El próximo jueves 15 de noviembre a las 18:00 horas, Conversando con nuestros cineastas presentará el largometraje El cielo dividido (Julián Hernández, 2006) con la presencia del autor. Cortesías gratuitas en taquilla 5.