
Viernes 23 de Noviembre de 2018
Carlos Reygadas conversó sobre su película Nuestro tiempo en Cineteca Nacional
· Germán Martínez Martínez escribe sobre la charla que el cineasta realizó el pasado 11 de noviembre
El pasado domingo 11 de noviembre de 2018, en el marco de las proyecciones de Nuestro tiempo –su más reciente película–, el director Carlos Reygadas conversó con los asistentes a la sala 9 de la Cineteca Nacional, por poco más de una hora. Ante un auditorio casi lleno, acompañado en el escenario por Alejandro Pelayo, director del recinto, el cineasta mexicano respondió a preguntas y comentarios de personas del público.
La conversación no abordó solamente la película Nuestro tiempo, las preguntas y, sobre todo, las respuestas trataron asuntos fundamentales de la creación cinematográfica. Si bien se desmintió una leyenda sobre algún lente usado en la filmación de Nuestro tiempo y se aludió a la falta de empatía con la primera persona a quien se intentó filmar como protagonista de la película, lo predominante fue que, ante el interés de sus interlocutores, Reygadas se inclinó a hablar de cuestiones como el ritmo en la escena, la búsqueda de un lenguaje personal y la forma de visualizar.
Destacaré, casi aleatoriamente, tres ideas entre lo abordado en la sesión. La primera es la distinción que Reygadas expresó entre artes de la representación y artes de la presencia, ubicando al cine entre estas últimas y pensando en él no como un registro de la realidad sino como transmutación de lo filmado. Otra idea que Reygadas desarrolló fue la de su preferencia por un cine ambiguo que sería como un vaso, una construcción artística, que cada individuo llenaría; en oposición al discurso unívoco del cine de entretenimiento que, como él dijo, funciona como un avión en que cada pieza es absolutamente indispensable para exponer una posición o contar una historia. Finalmente, mencionaré una idea de Reygadas que aplica al cine, pero que refiere también a una concepción más general: los humanos como detentadores de una curiosidad insaciable que aleja, al menos en algunos casos, de la posibilidad de encontrar satisfacción en el abrigo, el alimento e incluso la mera reproducción. Se trataría de una curiosidad compleja, incluso problemática. En lo bosquejado por Carlos Reygadas hay tanto una filosofía de la composición cinematográfica como una concepción del cine y su relación con posibilidades que tenemos como personas.
Germán Martínez Martínez