
Miércoles 05 de Diciembre de 2018
Alejandro Pelayo habló sobre el reto de adaptar un cuento basado en hechos reales en Miroslava
"Buñuel necesita una mujer como tú para Ensayo de un crimen, una muchacha alegre", le dice el personaje de Alex Fimman a Miroslava Stern, la joven actriz de origen checoslovaco que tanto impactó el cine mexicano, en Miroslava (1993), una película de Alejandro Pelayo. Ella sólo responde: "Pero... si me la paso llorando".
Esta adaptación del cuento homónimo de Guadalupe Loaeza, incluido en su libro Primero las damas (1990), fue exhibida el 3 de diciembre de 2018 en la sala 4 de la Cineteca Nacional como parte de la actividad académica Charlas sobre cine y literatura: Vicente Leñero, guionista. Pelayo, cineasta y director de la Cineteca, reflexionó sobre su filme, presentado por José Antonio Valdés Peña.
Loaeza se interesó en la vida de la intérprete después de la noticia de su muerte y de la infinidad de teorías al respecto. "Guadalupe se mete a la hemeroteca; la parte esencial de la historia viene de lo que sale en los periódicos, pero ella desarrolla la parte que no conocemos: el último día en la vida de Miroslava", explicó Pelayo.
En su texto, la escritora explora la personalidad de la actriz, enfocándose en sus recuerdos, en sus cartas y creando una imagen que humaniza la figura de la diva, mientras que, en la adaptación, Leñero y el director siguieron la línea periodística y entrevistaron a la gente cercana a Miroslava. El realizador aseguró que la entrevista más valiosa fue la que realizó a Ernesto Alonso, ya que fue el actor con quien ella debutó y también con quien compartió créditos en su último filme.
Valdés Peña subrayó que no se trata de una película biográfica. Si bien la actriz y su entorno son parte de la historia, tanto texto como realización profundizan más en la atormentada psique de Stern, quien constantemente añoraba su infancia y su tierra, incluso si tal país estaba en guerra. "Hice una película básicamente sobre un personaje, tratando de hacer algo más lírico, menos realista. Era la oportunidad de hacer algo distinto", comentó Pelayo.
Filmada a inicios de los años noventa, Miroslava es la primera película "por encargo" de Pelayo y pertenece a una línea de cintas que en la época estaban pensadas para distribuirse de manera internacional, entre las que se encuentran Cronos (Guillermo del Toro, 1993) y Como agua para chocolate (Alfonso Arau, 1992). El largometraje recogió premios internacionales, como el de Mejor director en la Asociación de Cronistas del Espectáculo (ACE), y nacionales, como el premio Ariel para el cinefotógrafo Emmanuel Lubezki.
Al final de la plática, el público agradeció a Alejandro Pelayo por su labor en la Cineteca y por abrir espacios para promover la cultura y permitir el dialogo entre realizadores y audiencia, concluyendo con esta sesión, las Charlas sobre cine y literatura de 2018.